viernes, 27 de agosto de 2010

Arranca campaña crucial para las elecciones parlamentarias venezolanas

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El afiche con fondo rojo que inunda todos los postes del centro de Caracas muestran a un presidente Hugo Chávez pensativo, con la mano en el mentón, meditabundo.

Vamos, pues, a la victoria", dice, muy alejada la imagen de la vehemencia que le caracteriza y que le da nombre al nuevo plan electoral oficialista: Operación Demolición.

Quizá sea esa cara un reflejo de los últimos números que le dan al mandatario venezolano, figura principal e indiscutible de la política nacional, el primer escenario de campaña electoral con una popularidad por debajo de su histórico 50%.

Para ser precisos, las encuestadoras Keller & Asociados y Consultores 21 aseguran que la aceptación del Presidente está en 37% y la empresa Hinterlaces le da un 41%. Y es que aún cuando la contienda será entre cientos de candidatos por la obtención de una curul en la Asamblea Nacional, todos los analistas coinciden en que se tratará de una nueva evaluación a la gestión del chavismo. De nuevo, la polarización Chávez-oposición será la principal regla del juego.

Por eso en el país nadie se llama a falsos entusiasmos, pues la fortaleza de Chávez como candidato y "portaviones" de sus allegados es indiscutible.

A pesar de los golpes que ha significado para el gobierno el escándalo de la comida podrida, la crisis eléctrica y la inseguridad ciudadana (que solo este año se ha cobrado más de 5.000 muertes violentas), las encuestas también demuestran que el partido con más reconocimiento entre los venezolanos es el oficial Partido Socialista Unido de Venezuela (con 33%, seguido de lejos por los opositores Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, con 11%, el resto de los partidos de oposición tienen menos de 1%, según Consultores 21 en junio).

Petardos y lágrimas

Ante esa realidad la oposición venezolana forjó durante meses un acuerdo de candidaturas únicas que alcanzó acuerdos en todas las posiciones. Sin embargo, los analistas perciben la clásica dispersión opositora en este comienzo de campaña y advierten la posibilidad de que discursivamente caiga en el error de polarizar con Chávez, en vez de con su cuestionada gestión o la de la Asamblea Nacional.

"La unidad opositora arrancó un poco desdibujada, salvo ciertas excepciones", comentó a EL TIEMPO la comunicóloga experta en ciencias políticas, Maryclen Stelling. "Percibo más actividad en los medios de comunicación que se concentran sus líneas de trabajo en la inseguridad, por ejemplo, que en los propios candidatos, que en su mayoría se ven congelados y distantes. Pero sólo han pasado dos días, eso puede cambiar todavía".

El director de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schemel, apunta también "fallas creativas graves" en el arranque opositor, que ha buscado atacar directamente a la figura del presidente Chávez, por lo que les recomienda mayor trabajo puerta a puerta y sobre la base del cuestionamiento a la actual Asamblea Nacional, mayoritariamente oficialista.

Muestra de fuerza

Y aunque la partida oficialista fue ciertamente más sonora, pues inició con un "cohetazo" y decenas de dirigentes oficialistas reunidos bajo el nombre de Operación Demolición, también retomó consignas y prácticas excluyentes.

Además de reflotar el viejo eslogan "¡No pasarán!" la máquina estatal dio su primera muestra de fuerza el miércoles cuando la Guardia Nacional dispersó con gases lacrimógenos una actividad de los candidatos parlamentarios de Caracas, que acudían a la Asamblea Nacional a entregar un documento.

Los medios del Estado aseguraron, incluso, que los candidatos querían "secuestrar" a familiares de parlamentarios. El episodio ocurrió a menos de dos cuadras de la sede principal del Consejo Nacional Electoral.

"Lo que vimos fue una exacerbación de los temores del gobierno, y lo que ocurrió con las lacrimógenas y en el simulacro electoral (el pasado fin de semana varios oficialistas empujaron a candidatos opositores en varios centros de votación piloto) será la tónica de su estrategia", explica el profesor y politólogo Herbert Koeneke.

"Es la primera vez en mucho tiempo que tendremos elecciones parlamentarias verdaderamente separadas en el tiempo de las elecciones presidenciales, y aunque la oposición no ha respondido con fuerza ante los abusos, lo claro es que el gobierno está tratando de intimidar".

VALENTINA LARES MARTIZ
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CARACAS


F eltiempo.com

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