A partir del 7 de agosto, el general Freddy Padilla de León, comandante de las Fuerzas Militares, pasará de lucir el imponente verde del uniforme militar a acomodarse al 'traje número tres', como se le conoce en el argot castrense al vestido de paño.
Tristezas y éxitos rodearon su vida militar, a la que dedicó más de 40 de sus 61 años de vida. "Me voy con una emoción inmensa", dijo en diálogo con EL TIEMPO.
¿Con cuál frustración se va?
No tengo frustraciones, tengo esperanzas. Estoy convencido de que en los próximos 4 años será la culminación del fin del fin para todas estas organizaciones que agreden al pueblo colombiano. Estaremos andando en la administración de la posvictoria, con un país con seguridad, prosperidad, inversión social y felicidad del pueblo colombiano.
¿Qué pasó con el regalito para el Presidente?
Todos los días, el esfuerzo sacrificado de los soldados de tierra , mar y aire y de los policías de la Patria es una ofrenda que ellos hacen, de mano del Presidente, al Dios Todopoderoso. Ese es el regalo de todos los días.
¿Pero el regalo no era 'Cano'? Hay tareas que siguen.
Precisamente, el relevo del alto mando se verá reflejado en la continuidad de los grandes propósitos nacionales, para lo cual pido todo el apoyo posible.
¿El golpe que lo hizo feliz?
Aquellos que han permitido la libertad a personas que estaban secuestrados ('Camaleón' y 'Jaque'); mis alegrías también están ligadas a la entrega de las Fuerzas Militares, disciplinadas y amadas por el pueblo colombiano.
¿Errores por corregir?
Los colombianos ahora tienen memoria y recuerdan los errores del pasado; no se van a volver a dejar engañar. Han tomado la decisión de continuar en el camino de una Colombia más democrática, más participativa, con seguridad y con prosperidad.
¿Satisfecho con el respaldo de la comunidad internacional a la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico?
Nuestros aliados más importantes han sido el pueblo y el gobierno de los Estados Unidos. Tenemos trabajo conjunto con casi la totalidad de los países de la región en la lucha contra el terrorismo
y el narcotráfico, y en esa lucha hemos sido exitosos aunque no hemos culminado la tarea.
¿Qué hace falta para terminar la tarea?
La mano de Dios y mantener la voluntad política.
¿Y el respaldo de los vecinos a esa lucha?
Preguntémosle al Canciller.
¿Qué piensa de lo que dice el gobierno de Venezuela, que
hay peligro de un ataque de Colombia?
¡Qué va! Esos son puros chismes! Colombia ha mantenido una posición muy clara, de tradición histórica: consideramos a los pueblos vecinos como hermanos.
¿Qué lo golpea?
El caso de Soacha (falsos positivos), un asunto que no se ha clarificado pero que duele en el alma. Guardo la esperanza de que estos procesos jurídicos avancen en justicia.
¿Qué quiso decir y no pudo?
Siempre que quise expresar algo lo hice oportunamente, con firmeza y con honestidad.
¿Algo en lo que no estuvo de acuerdo?
Eso es parte de la reserva.
¿Estará en la arena política?
He querido tener mi pensamiento libre de perturbaciones. Ya tendré tiempo para pensar las oportunidades que Dios me ponga en mi camino.
¿Hay tentaciones?
No he aceptado ninguna tentación, estoy dedicado al servicio.
REDACCIÓN JUSTICIA
F eltiempo.com
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