domingo, 18 de julio de 2010

Uribe y Santos demarcan sus fronteras; diferencias de estilo y de fondo quedaron en evidencia

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La reciente crisis con Venezuela dejó al descubierto discrepancias entre los dos. Sin embargo, analistas y políticos cercanos consideran que no hay una fractura en la relación entre ellos.


El nuevo pico de tensión que estalló esta semana entre Colombia y Venezuela, dejó al descubierto diferencias de fondo y de estilo entre Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos.
El gobierno Uribe denunció públicamente, por primera vez, que conoce la ubicación de jefes guerrilleros en territorio venezolano e, incluso, pidió que el asunto se trate en una sesión de la OEA.
Santos, en cambio, pidió abordar el tema a través de los canales diplomáticos y privilegiar la vía del diálogo.
A juicio de analistas, esto muestra no solo un cambio en el lenguaje, sino en la forma de abordar la agenda de política exterior de Colombia, uno de los puntos en que más distantes se han mostrado el Presidente saliente y el electo en estos días.
"Las diferencias existen y se sienten. No cabe duda de que hay cambios notables", afirmó el ex canciller Augusto Ramírez Ocampo.
Sus declaraciones en torno a ese tema han dejado claro a los ojos de los colombianos que Uribe es Uribe y Santos es Santos.
Hay que entender que el mandatario electo le da especial importancia a la política exterior en razón de la experiencia que tiene en el tema. Como delegado de la Federación Nacional de Cafeteros en Londres, mantuvo contacto con líderes mundiales, entendiendo la necesidad de tener unas relaciones exteriores óptimas. Y luego, como ministro de Comercio Exterior, se dedicó a abrir mercados y a hablar con el mundo.
En contraste, Uribe es un hombre más concentrado en los temas internos, como lo evidencia su estilo para gobernar, siempre pendiente del detalle y de la provincia, donde pasa un buen tiempo.
Seguridad y comercio
En las posiciones expresadas por ambos respecto a Venezuela en los últimos días, confluyen dos variables centrales de la relación binacional: seguridad y comercio.
Para el ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria, los dos elementos se contraponen en algunos momentos. "En cualquier escenario, el interés de la estabilidad y la existencia misma del Estado es superior al comercial", dijo.
Gaviria aseguró que, de todas maneras, "Santos está trazando una política que depende de los mismos elementos definidos por Uribe", y que "no hay antagonismo o diferencia", pues los dos "representan la misma corriente política".
Pero las diferencias son de la naturaleza de la política. Analistas coinciden en que a pesar de las aparentes discrepancias, no hay una fractura entre Uribe y Santos.
"Ellos se tienen un profundo respeto mutuo y lo que se ha visto estos días es el deseo de algunos opositores de hacerlos cazar peleas que fracturen su armonía", dijo Juan Lozano, senador electo de 'la U'.
Por su parte, el analista Rafael Nieto señaló que "hay gente que quiere enfrentarlos por razones personalistas, pero al país no le conviene eso".
Y el ex presidente Ernesto Samper analizó las movidas de Santos como "pasos legítimos para asegurar su gobernabilidad", los cuales "no tienen por qué coincidir con los de Uribe".
En diferentes escenarios Santos ha insistido en su gratitud hacia Uribe. De hecho, la noche de su elección, se refirió a él como "un hombre excepcional que transformó positivamente a nuestro país".
Pero también quiere "cambiar de paso".
Él pasado 21 de junio, durante una rueda de prensa, resumió así su deseo: "Cuando fui cadete hacíamos algo que se llama orden cerrado (...) Es cuando a uno le ponen un fusil, allá en Cartagena, a las 12 del día, a pleno rayo del sol, y lo hacen marchar cinco horas. Y, efectivamente, uno a veces se cansa y cambia el paso. En ese sentido, diría que el término correcto es cambiar el paso".
Los colombianos van a tener que convivir, a partir de ahora y bajo el mismo techo, con el indomable y "combatiente" Uribe, y con el estratega y cauteloso Santos, hablando, posiblemente desde orillas políticas próximas, pero con un lenguajes muy distintos.
Reparos por los ministros
Las incomodidades iniciales filtradas desde algunos sectores uribistas se produjeron porque los primeros ministros anunciados por Santos no salieron de sus entrañas. Ni Juan Carlos Echeverry, ni María Ángela Holguín, ni Germán Cardona tienen la impronta marcada con sangre uribista.
Y lo que rebosó la copa de los 'furibistas' fue la designación de Juan Camilo Restrepo (crítico del Gobierno), en la cartera de Agricultura.
Las incomodidades venían desde antes. A Uribe no le gustó que Santos, aún siendo candidato, invitara a Gustavo Petro y Germán Vargas a su proyecto de 'unidad nacional', pues los considera dos de sus contradictores más fuertes. Pero no dijo nada.
Su malestar explotó en público tres días antes de la segunda vuelta, cuando el ex presidente César Gaviria anunció su adhesión a Santos. Lo llamó "oportunista".
Santos rechazó las críticas de Gaviria a la administración Uribe, pero aceptó la adhesión.
Algunas frases que muestran las diferencias
"Se necesita una solución de fondo, no de apariencia. La diplomacia colombiana, no debería regresarse a las apariencias hipócritas".
"No podemos, en nombre de una diplomacia babosa, dejar desamparado al general Padilla".Álvaro Uribe, presidente de la República.
"¿Por qué no restablecer el diálogo para ver cómo podemos resolver el problema de la presencia de terroristas en Venezuela?".
"Estoy muy complacido con la presencia del presidente de Ecuador en la posesión".Juan Manuel Santos, presidente electo.
REDACCIÓN POLÍTICA

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